El tenis exige un estado de atención y de alerta constante. Lograr mantener un correcto foco atencional suele ser complicado para la mayoría de los jugadores, es un estado difícil de alcanzar y fácil de perder. Si se nos fué la atención, se nos fué el punto. Sin dudas, para obtener un buen rendimiento deportivo, las habilidades atencionales son fundamentales. Hay que tener en cuenta que para que un deportista atienda a los estímulos relevantes de cada ocasión tiene que estar interesado en ello. La atención sin interés es casi imposible que se produzca.
Mihaly Csikszentmihalyi, psicólogo húngaro con uno de los apellidos más complicados de la historia de la humanidad, fue el creador del concepto de “Flow”, en español traducido como “Fluir”, término muy utilizado en los ámbitos deportivos y laborales. Se define como una zona de energía óptima, donde la atención está totalmente dirigida al proceso de ejecución y nada más. Es en este “Fluir” donde se consiguen los mejores rendimientos tanto deportivos como laborales y donde se disfruta la ejecución de la tarea. En el trabajo, son esos momentos en los cuales estamos totalmente sumergidos y apasionados en la tarea, cuando perdemos la noción del tiempo y ningún otro pensamiento se atraviesa en el camino. En el deporte, este estado ocurre sólo cuando la atención está totalmente focalizada en los factores relevantes para la ejecución de la tarea que se está desarrollando y cuando el jugador está alejado de los pensamientos negativos y de otras formas de distracción que deterioran la ejecución.
¿Alguna vez tuvieron la sensación en algún entrenamiento o partido de que estaban totalmente concentrados en el momento presente y no podían errar la pelota? Son esos momentos en los que uno se siente enfocado y donde los golpes “fluyen”. Los mejores tenistas del mundo son aquellos que además de tener una gran preparación y destrezas físicas, técnicas y tácticas, poseen habilidades atencionales muy desarrolladas que elevan aún más su rendimiento deportivo.
Csikszentmihalyi, M. (1975). Play and intrinsic rewards. Journal of Humanistic Psychology, 15(3), 41–63
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